La figura a la derecha muestra imágenes de Venus y la Tierra. La superficie de Venus se muestra en naranja
a partir de observaciones en radar mientras que su atmósfera se muestra en colores similares a los que vería
un ojo humano. Las nubes superiores son brillantes y especialmente reflectantes en el azul y el ultravioleta
haciendo de Venus un mundo blanco azulado. Ambos planetas tienen casi el mismo tamaño y densidad y Venus
se encuentra tan sólo un 30% más cerca del Sol que la Tierra. Ambos planetas comparten una interesante evolución
geológica teniendo Venus antiguos volcanes que podrían estar todavía activos. Uno de los mayores misterios de Venus
es porque su superficie es tan joven en escalas de tiempo geológicas (300-500 millones de años). También es interesante
destacar la casi ausencia de agua en la atmósfera de Venus.
La figura de la derecha ilustra los aspectos básicos del efecto invernadero en Venus.
La radiación de onda larga emitida por el Sol llega hasta la atmósfera superior de Venus
donde es reflejada en su mayor parte por las nubes superiores. Parte de la radiación es absorbida
por la atmósfera y parte de ella alcanza la superficie y la atmósfera inferior calentándola.
La superficie caliente se enfría emitiendo radiación infrarroja de onda corta que es absorbida con gran eficacia por los gases
de efecto invernadero que componen la atmósfera de Venus. La radiación es reemitida sobre la superficie impidiendo su enfriamiento
y causando el efecto invernadero desbocado característico de la atmósfera de Venus.
Ilustración extraída de
aquí.